Las dos palabras mágicas por excelencia son POR FAVOR Y GRACIAS, pídele a alguien algo diciéndole "por favor serias tan amable de..." y luego "muchas gracias", las emociones del que lo escucha cambian y es raro que no haya una sonrisa y que no este dispuesto a ayudarte mas allá de lo que le pides, hay pocas personas que no reaccionen positivamente ante la buena educación y ser tratados con consideracion.
Una forma de decir gracias, te quiero, eres importante para mi, pienso en ti, es regalando flores, lo primero que hace una mujer cuando le regalan flores, casi sin excepción, es sonreír y a continuacion oler las flores...pero que hace un hombre si le regalas flores para agradecerle algo, para decirle que piensas en el, que es importante para ti, para darle las gracias por algo que ha hecho por ti, eso que hacen los buenos amigos, o los hombres que nos aman...quedarse desconcertado? no saber que hacer con ellas?, a lo mejor con un gran GRACIAS se sienten mas que satisfechos, pero creo que vale la pena experimentar y que experimenten...
Gracias...creo que aveces la palabra es demasiado pequeña para agradecer todas las cosas que tenemos, para dar gracias a Dios, para agradecer a quien te ha ayudado, si, hay veces que las palabras se quedan pequeñas y no abarcan todo lo bueno que sentimos, pero podemos acompañarlo un gran abrazo y flores, quizá nos haga sentir que realmente la palabra gracias se vuelve tan grande como nuestro presente.
Gracias por leerme, por dejar tus comentarios, por existir, por estar a mi lado, por darme la oportunidad de conocerte, por la vida, por las experiencias, por el sol, por la lluvia y sobre todo por las personas a las que quiero.
GRACIAS
Gracias quiero dar al divino Laberinto de los efectos y de las causas
Por la diversidad de las criaturas que forman este singular universo,
Por la razón, que no cesará de soñar con un plano del laberinto,
Por el rostro de Elena y la perseverancia de Ulises,
Por el amor, que nos deja ver a los otros como los ve la divinidad,
Por el firme diamante y el agua suelta,
Por el álgebra, palacio de precisos cristales,
Por las místicas monedas de Ángel Silesio,
Por Schopenhauer, que acaso descifró el universo,
Por el fulgor del fuego,
Que ningún ser humano puede mirar sin un asombro antiguo,
Por la caoba, el cedro y el sándalo,
Por el pan y la sal,
Por el misterio de la rosa, que prodiga color y que no lo ve,
Por ciertas vísperas y días de 1955,
Por los duros troperos que en la llanura arrean los animales y el alba,
Por la mañana en Montevideo,
Por el arte de la amistad,
Por el último día de Sócrates,
Por las palabras que en un crepúsculo se dijeron de una cruz a otra cruz,
Por aquel sueño del Islam que abarcó mil noches y una noche,
Por aquel otro sueño del infierno,
De la torre del fuego que purifica
Y de las esferas gloriosas,
Por Swedenborg, que conversaba con los ángeles en las calles de Londres,
Por los ríos secretos e inmemoriales que convergen en mí,
Por el idioma que, hace siglos, hablé en Nortumbria,
Por la espada y el arpa de los sajones,
Por el mar, que es un desierto resplandeciente
Y una cifra de cosas que no sabemos
Y un epitafio de los vikingos,
Por la música verbal de Inglaterra,
Por la música verbal de Alemania,
Por el oro, que relumbra en los versos,
Por el épico invierno,
Por el nombre de un libro que no he leído: Gesta Dei per Francos,
Por Verlaine, inocente como los pájaros,
Por el prisma de cristal y la pesa de bronce,
Por las rayas del tigre,
Por las altas torres de San Francisco y de la isla de Manhattan,
Por la mañana en Texas,
Por aquel sevillano que redactó la Epístola Moral
Y cuyo nombre, como él hubiera preferido, ignoramos,
Por Séneca y Lucano, de Córdoba
Que antes del español escribieron
Toda la literatura española,
Por el geométrico y bizarro ajedrez
Por la tortuga de Zenón y el mapa de Royce,
Por el olor medicinal de los eucaliptos,
Por el lenguaje, que puede simular la sabiduría,
Por la costumbre, que nos repite y nos confirma como un espejo,
Por la mañana, que nos depara la ilusión de un principio,
Por la noche, su tiniebla y su astronomía,
Por el valor y la felicidad de los otros,
Por la patria, sentida en los jazmines, o en una vieja espada,
Por Whitman y Francisco de Asís, que ya escribieron el poema,
Por el hecho de que el poema es inagotable
Y se confunde con la suma de las criaturas
Y no llegará jamás al último verso
Y varía según los hombres,
Por Francis Haslam, que pidió perdón a sus hijos por morir tan despacio,
Por los minutos que preceden al sueño,
Por el sueño y la muerte, esos dos tesoros ocultos,
Por los íntimos dones que no enumero,
Por la música, misteriosa forma del tiempo.
Jorge Luis Borges
This is stunning, love these beautiful flowers. Thank you for joining us at Stampin Sisters in Christ.
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